Aunque la imagen personal es algo que debemos cuidar todos los días, su importancia se hace más patente en esos momentos especiales de celebración, como pueden ser los bautizos. En estos casos, el protocolo y el saber estar imponen una serie de pautas que no hay que tomarse a la ligera, aunque tampoco conviene que abandones tu estilo, a la hora de vestirte, para plegarte por completo a dichas normas.
Además, debes ser consciente de que no existe un protocolo como tal para estas ceremonias (religiosa en este caso) sino que este se deriva más de tradiciones regionales, o incluso de costumbres que se han fraguado en el entorno de la familia. Los bautizos son, quizá, los acontecimientos más versátiles, y pueden celebrarse en multitud de lugares (en casa, en el campo, en un rancho, en un jardín…), lo que también determinará el estilismo de los invitados y las imágenes finales con las que nos encontraremos.
Entonces, ¿cómo vestirse para un bautizo? En líneas generales, debes tener en cuenta que este tipo de ceremonia habitualmente nunca se celebra por la noche, sino de día, de manera que lo primero es descartar el vestido largo. Si quieres tapar tus piernas porque eres gordita o por cualquier otro motivo, puedes ir con pantalón: un sastre negro; si eres clásica, un modelo recto o incluso ancho en un tono atrevido si tienes gustos más transgresores.
Recuerda: la elegancia no se mide en parámetros de falda o pantalón, y tú sabes qué es lo que mejor te sienta.
Sigue tu instinto en la medida de lo posible, también a la hora de peinar tu cabello (cómo peinarse dependerá de la ropa elegida, pero el pelo suelto bien moldeado siempre es un acierto).
Cómo vestirse para un bautizo si eres mujer
Para bien o para mal, las mujeres tienen más opciones de vestuario a la hora de enfrentarse a una cita importante como un bautizo. En el lado negativo, esto implica más probabilidades de equivocarse a la hora de elegir atuendo. Entonces, ¿cómo vestirse apropiadamente?
Si eres de gustos clásicos a la hora de vestirse, estás de enhorabuena: los colores pastel siempre resultan una buena opción, más aún para estos eventos, ya tengas el papel de invitada o de protagonista. Si te encuentras en este último caso y acabas de dar a luz, es probable que no hayas recuperado tu figura habitual. «Si estoy gorda, o incluso si estoy embarazada, ¿cómo voy a brillar en un día tan importante?», te preguntarás. Muy sencillo: opta por un modelo fluido en un color romántico, como el rosa empolvado y, si el bautizo se celebra por la mañana, remata el look con un tocado coqueto: conseguirás desviar todas las miradas indiscretas de las zonas más problemáticas de tu anatomía.
En verano, vestirse adecuadamente pasa por el vestido recto
En primavera, verano y los días más cálidos de septiembre, la opción idónea es el vestido recto de tejidos frescos y de calidad; no elijas modelos muy escotados y, si lo haces, disimúlalo con chaquetas de ganchillo de cuello cerrado, levitas o incluso chalecos de inspiración bohemia que aporten un divertido contrapunto. Eres mamá, pero sigues siendo joven, lo que te permite un estilo semi formal (incluso casual, ¿quién ha dicho que no se pueda bautizar a un niño con jeans?),
Si no te gustan los vestidos, puedes optar por una falda midi con una blusa de gasa. Es una opción tan versátil en función de los tejidos, los colores y los patronajes, que sirve si soy gordita, si soy la madrina, si quiero un aspecto juvenil, si voy de invitada..
Si soy la madre, elegancia al máximo
Los primeros días de la primavera, en abril, llaman a abandonar el rigor del invierno y el frío. Un modo de hacerlo es el estampado de flores, que te da la opción de sucumbir a la elegancia más álgida: coordinar tu atuendo con el de la madrina (una, blusa de flores con falda lisa; la otra, vestido liso en el mismo tono que la falda o con idéntico estampado, siempre que este se nutra de elementos muy pequeños). En ambos casos, el protagonismo debe ser de la madre, mientras que la madrina ha de figurar más discreta.
En invierno, apuesta por la dupla blanco y negro
Los meses fríos requieren un atuendo algo más sobrio a la hora de vestirse. Sin embargo, esto no significa una apuesta por la tristeza: la combinación bicolor en blanco y negro aporta un plus de elegancia a la vez que de desenfado, si sabes combinarlo.
¿Un consejo?: Una americana negra cruzada, una blusa blanca semitransparente con chorreras y una falda que aúne ambos tonos. Remata el look con unos salones de tacón medio (nunca recurras a stilettos, a medio día estarás agotada) y serás el centro de todas las miradas.
Cómo vestirse para un bautizo si eres hombre
Los hombres lo tienen más fácil a la hora de acertar con su atuendo, ya que siempre pueden recurrir al traje. Sin embargo, para triunfar en un bautizo no es totalmente necesario: un caballero puede ser igual de elegante con un pantalón gris perla y una camisa tornasolada que aporta luz y un poco de alegría a un acontecimiento que debe ser, sobre todo, gozoso.
También puedes jugar con la corbata. Tal vez, si eres el padrino, sea más llamativo prescindir de ella al vestirte, pero, si no, suprímela si llevas traje para darle un aire más informal y apuesta por una llamativa si la ceremonia se celebra al mediodía: ¿qué tal una amarillo limón para alegrar un conjunto en tonos opacos?
Si soy el papá, cómodo y elegante
Que el padre, aún siendo un chico joven, no lleve traje, puede que llame algo la atención; aún así, tampoco es una barbaridad.
Aún así, si usas por la opción más normal, la del traje, las opciones son múltiples: lana o franela en invierno, tejidos más informales en verano, y no necesariamente en un todo al negro.
¿Nuestra apuesta?: Un traje azul marino, con camisa azul Klein o añil y una corbata a rayas.
Dicho esto, si se trata de un bautizo familiar, puedes relegar el traje y la corbata a un segundo plano. Un conjunto elegante de camisa y pantalón, con una americana sobria para la tarde, puede resultar apropiado para una ceremonia íntima. En cualquier caso, no te olvides de cuidar tu aspecto al máximo, serás el protagonista de las fotos de familia en un día tan feliz y querrás sentirte orgulloso dentro de unos años.
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